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Foto del escritorjuaninchausteguic

 Tár

Se abona a la cuota de género y violencia de género por el mismo género, con tratamiento además de muy genuino, de verdadera paridad de género, pues narra un posible abuso de poder y seducción de una mujer famosa y poderosa sobre otras mujeres.


Lydia Tár (Cate Blanchett), es discípula de Leonard Bernstein, compositor y director de orquesta de fama mundial entre los 50 y 70s a quien se le atribuye el renacimiento a la modernidad de Gustav Mahler. Tar es de las pocas personas EGOT del planeta (ganadora de los premios Emmy, el Grammy, el Oscar y el Tony) todos relevantes en las artes audiovisuales y referente de prestigio de artistas desde los años 20s, que han ganado personalidades machuchonas como Audrey Hepburn, Rita Moreno, Whoopi Goldberg, Viola Davis; Quincy Jones, y Andrew Lloyd Webber por citar algunos.


Tar es considerada una de las mejores directoras de orquesta en un mundo machista (en donde hasta a las mujeres se les dice “maestro”). Lugar que se ha ganado a pulso, con talento, disciplina y carácter, y enfrentando todos los prejuicios y topes posibles de los egos machines de la escena de la música culta o clásica, lo que le permite llevar una vida de celebrity, casi de la realeza, que puede estar en cualquier parte del mundo en avión privado en cuestión de horas, además de ser abiertamente lesbiana y vivir con su pareja, primera violinista de la Filarmónica de Berlín, con quien tienen una pequeña hija y se preparan para una gran proeza artística, grabar en vivo la quinta sinfonía de Mahler.





No es casualidad que Todd Field (director) enmarcara el conflicto de esta historia con la 5ta de Mahler, que usara Visconti en su Muerte en Venecia (1971) cuando Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde) el deprimido compositor cincuentón observa en la playa a Tadzio, la antítesis de su vida, lleno de belleza, vigor, juventud y plenitud, mientras él se dispone a morir.


Esta sinfonía tiene mucho de marcha fúnebre, de desesperación, genera angustia y deseos de morir, y de morir lento, casi en gozo, con algunos finales de dulzura y hasta de amor, muy a tono para este drama psicológico con toques de terror y thriller que se nos viene encima como avalancha hacia el climax y cercano al desenlace, generando en los espectadores desconcierto, intriga y dudas.


En el arranque de la acción vemos a Tar en una entrevista de televisión y el director (de la peli) nos presenta a su personaje protagonista, una mujer aparentemente perfecta, segura de sí misma, experta en su tema y con gran domino de la escena. Digna de nuestra total admiración.


Luego la vemos dar una especie de Master Class a jóvenes artistas y nos muestra su gran exigencia hacia los demás, pero también su sofisticación, brillantez y talento, pues además de directora es antropóloga musical (what ever it means).


Cuando comienzan los ensayos de su grabación en vivo de la 5ta de Mahler, nos comienza a dar rasgos un tanto oscuros de su personalidad, posiblemente por la presión en la que está; aparece una Lydia además de exigente con ella misma y con los demás, un tanto posada y sobrada de ego, que además no disimula, cercana al maltrato, y al desplante hasta irse descarnando en el desarrollo de la cinta, en una mujer que manipula, abusa, tortura, humilla y es hasta sádica (el perfil de cualquier hombre y más si es poderoso y famoso).






Poco a poco el público comenzará a dudar si Tar es culpable, víctima de algún complot o si es puro alucine o paranoia de la protagonista. Esta incertidumbre y juego de ir develando capas de la historia, nos mantiene en alerta en las butacas y puede que comparemos y pensemos qué pasaría si Tar fuera hombre.


Este tema tan de moda de la “cancelación” digital o en redes, fenómeno en las redes sociales de internet que busca castigar (y linchar con algoritmos) a aquellas personas que han asumido actitudes o comportamientos que son mal vistos socialmente, incluido todo lo que no es políticamente correcto, hasta retirar el apoyo a personas o empresas hasta por simples cometarios y postings, aun cuando no sean necesariamente un delito o en su caso no haya nada realmente comprobado y testificado en su contra pero que desprestigian y causan la muerte social y digital de cualquiera en un dos por tres.


¿Será ese el futuro del feminismo? Y al llegar a su máximo grado de equidad de género, ¿podría normalizar que la mujer también ejerce violencia de género sobre otras mujeres? y que el sistema hegemónico patriarcal si puede ser parejo hasta en lo más característico de su imperfección. Tar hace de su vida un canto a su ego y su poder, tan narcisista, cruel y manipuladora como lo podría ser cualquier director de orquesta hombre.


No soy experto en cuestiones de género y el párrafo anterior viene un poco para provocar y porque no deja de ser una pregunta o duda que deja volando al aire esta película.

Sobra decir que hay un lucimiento de Cate Blanchett como actriz, algo que no habíamos visto de ella y que la coloca como la segura ganadora del Oscar a mejor actriz.


Es impactante ver como esta mujer exitosa y poderosa, un tanto pedante y narcisista (se puede quitar el un tanto) se derrumba y cae en total caos y desesperación y encarna todos los roles de género típicos que el feminismo reclama al patriarcado: es infiel, está ausente de la vida familiar por tanto trabajo y viaje, no atiende a su hija y ejerce abusos y manipulaciones en su vida profesional y personal con otras mujeres.







Tar fue nominada en los Golden Globes a mejor película dramática y mejor guion y ganó mejor actriz de drama.


En Critics Choice Awards fue nominada a mejor película, mejor director, mejor guion original, mejor fotografía, y ganó mejor actriz y mejor banda sonora.


En BAFTA fue nominada a mejor película, mejor director, mejor guion original, mejor sonido, ganó mejor actriz.


En los SAGS solo fue nominada a mejor actriz. En los Óscares además de mejor película está nominada a mejor actriz, mejor director, guion original, fotografía y montaje. Según su record en la temporada de premios que inició desde enero, Tár seguro gana mejor actriz y posiblemente guion original.


Compite muy de cerca en esta cuota de género con Women Talking que también se centra en violencia de género y algo de LGBT, que por ahí cuela un personaje secundario lésbico, aunque en Tár su plus es que su tratamiento es mucho más contemporáneo y actual, y Cate Blanchett pesa bastante.


Aunque hay crítica agresiva que ha dicho que la película está sobrevalorada, exagerada en acting, y que es lenta y pretenciosa y que sus 158 minutos parecen eternos y que se le va de las manos al director.


Otras lenguas filosas de la crítica de cine dicen que la película es puro ego, de su director y de la actriz protagonista. El personaje de Lydia es más que sobrado de ego (y qué artista no lo es) y tal vez la Blanchett está un pelín sobreactuada, pero con tanto premio ya ganado, no puede ser cuestionado el acting de Cate, ¿O sí?


Véanla y me dicen su impresión al respecto.







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