A 35 años de muerto y más vivo que nunca.
Salvador Flores Rivera, mejor conocido como “Chava Flores”, nace en la Ciudad de México el 14 de enero de 1920, en la calle de La Soledad, del barrio de la Merced y muere el 5 de agosto de 1987.
La leyenda (más verdad que mito) dice que Chava Flores vivió en casi todas las colonias del extinto Distrito Federal: Doctores, Roma, La Romita, Cuauhtémoc, Peralvillo, Tacubaya, San Rafael, Santa María La Redonda, hasta El Carmen, Coyoacán, cerca de donde vivo; Santa María La Ribera e Hipódromo Condesa. Se asume que por problemas económicos.
En alguna entrevista bromeó al respecto: "Si no viví en el Castillo de Chapultepec fue porque en ese tiempo sólo lo “alquilaban” al que fuera presidente de la República".
Cuando salió de la primaria, tras la repentina muerte de su padre en 1933, dejó los estudios y empezó a trabajar para ayudar a su madre. Desde entonces fue el auténtico “mil usos” chilango: contable de un negocio, dueño de una camisería, cosedor de corbatas, mensajero, repartidor, abonero, ferretero y comerciante.
Tiempo después, tuvo una salchichonería y repartía carnes en un camión, se asoció con un amigo para manejar una imprenta con la que realizó uno de sus sueños: editar la revista Álbum de Oro de la Canción y así vino la oportunidad de conocer a los grandes compositores de la época, a quienes entrevistaba y admiraba.
Como buen contador de historias, cronista o mythostoryteller, Chava Flores era un gran observador del Small Data, de los detalles y las pequeñas pistas de todas las circunstancias de esa vida de barrio de la ciudad y de sus tantas actividades y oficios que lo rodearon. Muchas de las letras de sus canciones surgieron de hechos trágicos que el autor decidió contar de manera festiva y chistosa. Como buen mexicano, hacía chistes de las situaciones más dramáticas y se reía hasta de la muerte.
En 1952 se inició como compositor con “Dos horas de balazos”, que junto con “La tertulia” se grabó en disco ese año. El éxito fue tal que no tardaron en aparecer sus nuevas creaciones: “Boda de vecindad”,”Peso sobre peso” (La Bartola), “La interesada”, “El gato viudo”, “Mi chorro de voz”, “Ingrata pérfida” y “Llegaron los gorrones” entre otras.
Sus temas pronto se arraigaron en el gusto popular que aceptó temas como “Pobre Tom”, “Vámonos al parque Céfira”, “Cerró sus ojitos Cleto”, “Pichicuás”, “Los quince años de Espergencia” y, sus grandes icónicas, “Sábado Distrito Federal”, “Voy en el metro” y “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”.
En su libro “Relatos de mi barrio” Chava describe un poco cómo surgieron algunos de sus temas más conocidos y populares:
“Tenía un amigo, Raúl Mercado, a quien apodaban Pichicuás. Todos los días al salir de la escuela iban a un terreno baldío a jugar canicas. Pichicuás vivía lejos y tomaba un tranvía que pasaba esporádicamente. Cada vez que se escuchaba la campana anunciando la llegada del transporte, Raúl tomaba sus canicas y corría para subirse al tranvía; pero un día el vehículo no frenó, lo atropelló y el joven murió” Como homenaje, Chava Flores le escribió: Pichicuás.
“La Bartola” es la historia de una pareja de alcohólicos que viven juntos sin estar casados. Ella lo cuidó a él hasta el día de su muerte. El hombre le daba dinero y bromeaba con ella diciéndole que tenía que alcanzarle para la renta, el teléfono, la luz, el gasto, la sirvienta y además, para tomar un trago.
“La tertulia”, (inmortalizada por el gran paisa Chico ché) es la fiesta de un burdel, amigos y vecinos de las tantas vecindades donde vivió: “ a mí me decían el ajonjolí de todos los moles; la fiestera y “cumplidora” doña Julia, madame de burdel; Felicitas “La Servilleta” porque ha estado en la pierna de más hombres y la “extrovertida” Camila, que le decían la anti-Cuauhtémoc, porque a Cuauhtémoc le quemaron los piececitos, pero nunca entrego el tesoro, a esta no la han quemado y miren lo que anda haciendo”.
Con más de 200 composiciones, fue creador de un estilo único, principal difusor de sus obras mediante presentaciones en centros nocturnos e importantes teatros de la capital y el interior de la República Mexicana.
Poco se conoce de su obra musical ranchera ya que se le dio más importancia al carácter urbano y popular de sus composiciones, sin embargo, tuvo el mérito de hacer a la canción ranchera menos provinciana y más citadina, menos amarga y melodramática y darle su toque de ingenioso, divertido y ocurrente.
En el cine participó en siete películas: “Mi influyente mujer” (1957), La esquina de mi barrio (1957), Rebelde sin casa (1960) junto a Tin Tan, “Bajo el cielo de México” (1958) Con Marga López y Miguel Aceves Mejía, El correo del norte (1960), “La máscara de la muerte” (1961) junto a Luis Aguilar y Rosa de Castilla y ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano? (1980) en donde actuó al lado de Luis de Alba, Lalo “El Mimo”, Yolanda Liévana y Dacia González.
Además, sus canciones aparecían cantadas en otras películas, en voz de actores como Germán Valdés y Pedro Infante (como "El gato viudo" y "La tertulia", respectivamente).
Se dice que muchas de sus canciones parecían ser escritas para Pedro Infante, pues compartían su personalidad popular, carismática, querendona y muy mexicana, no en vano, el gran ídolo de nuestro cine grabó y cantó en sus películas canciones del gran Chava Flores.
Chava Flores fue un apasionado que hizo de la composición, la fotografía, la filatelia, la lectura, el cine y el baile sus grandes aficiones. Coleccionaba obra de compositores mexicanos y extranjeros a quienes admiraba; sus preferencias incluían música clásica, instrumental, temas de películas, zarzuela, tango y, por supuesto, música mexicana. Algunas de sus canciones han sido incluidas en libros de texto gratuito, así como en programas de estudio de diferentes universidades en las carreras de Sociología y Comunicación.
Recibió varios premios y distinciones como la Medalla Agustín Lara que otorgaba la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) y un busto en la Plaza de los Compositores de la Ciudad de México. Chava Flores escogió a la ciudad de Morelia, Michoacán, para vivir los últimos años de su vida, pero cuando enfermó regresó a la capital del país en donde falleció el 5 de agosto de 1987.
En este link vemos a Chava Flores cantando “La Tertulia”
Aquí el inmortal Pedro Infante canta “La Tertulia” de la película “Dos tipos de cuidado” de 1953.
Aquí vemos la película completa “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”
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