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Foto del escritorjuaninchausteguic

CASABLANCA: LA DEMOCRACIA VS EL TOTALITARISMO NAZI ,

PERO SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS...


Hace 83 años, un 1ero de septiembre de 1939, estalla la 2da. Guerra Mundial, con la invasión de Alemania a Polonia.


Como respuesta, Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra a Alemania. Las fuerzas alemanas invadieron Europa occidental en la primavera de 1940.


Alentada por los alemanes, la Unión Soviética ocupó los estados bálticos (Estonia, Lituania y Letonia) en junio de 1940. Italia, miembro del Eje (países aliados con Alemania), se sumó a la guerra en junio de 1940.


Después de tomar la región balcánica al invadir Yugoslavia y Grecia en abril del 41, los alemanes y sus aliados invadieron la Unión Soviética en junio de ese año. En diciembre 6, las tropas soviéticas lanzaron una importante contraofensiva. Un día después, de ese 1941, Japón (una de las potencias del Eje) bombardeó Pearl Harbor, Hawái; y Estados Unidos ingresa a la guerra en alianza con Gran Bretaña y la Unión Soviética.


Durante los tres años siguientes, las fuerzas aéreas aliadas bombardearon sistemáticamente ciudades y plantas industriales de todo el Reich, con lo que en mayo de 1945 habían reducido a escombros a buena parte de las zonas urbanas de Alemania, sobre todo Berlín. Y mandaron a Hitler a su bunker a pirarse más de lo que ya estaba.


La Segunda Guerra Mundial sería desde entonces y hasta la fecha el tema de una gran cantidad de producciones cinematográficas y series.


Las temáticas van desde recreaciones de batallas, la cuestión judía o el holocausto, los campos de concentración, la resistencia judía (mis temas favoritos), biografías de personajes importantes en el desarrollo de la guerra, los acontecimientos previos al inicio de la guerra, la participación de la mujer en la guerra, atentados, espías, y un interminable etcétera, hasta las formas de adoctrinamiento del nazismo, fascismo y comunismo como propaganda.


Intentar hacer un inventario o listado es tarea grande, tema de libros, foros, debates y hasta congresos y asignaturas en universidades, no es la intención de este texto.


Me centro en una de las películas más icónicas, incluso rodada en plena guerra, “Casablanca” (1942) dirigida por Michael Curtiz y estelarizada por los inmortales Humphrey Bogart (Rick) e Ingrid Bergman (Ilsa).


Sin duda, una de las películas mejor valoradas de la cinematografía estadounidense, ganadora de varios premios Óscar, incluyendo el de mejor película en 1943, que narra las dificultades y las acciones de la resistencia en contra de la ocupación alemana y lo que ocurría en las colonias de las potencias europea durante la guerra.


Pretendida como un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy y basado en la obra teatral “Everybody Comes to Rick’s” de Murray Burnett y Joan Alison, constituye también un relato político sobre la Segunda Guerra Mundial que, en el momento de su estreno, jugó un papel muy importante en su éxito. Los gringos haciendo desde ya su propaganda imperialista proyankie.


Su interés histórico convierte al filme en una fuente muy interesante para analizar la situación geopolítica de la época y en la que se producirían hechos muy relevantes en el rumbo de la guerra. Francia había capitulado ante Alemania y estaba dividida en dos zonas: la Francia ocupada, y la denominada Zona libre, con capital en Vichy, al sur del país franco.


Existía una tercera Francia, sin territorio directamente controlado, la denominada Francia Libre, dirigida por el general De Gaulle desde Londres y que lideraba la resistencia a la ocupación alemana. Todas las colonias francesas quedaron bajo el control del gobierno de Vichy entre ellas Marruecos.


La película recrea el invierno del 41, una etapa de la guerra en la que, controlada la imparable expansión del ejército alemán de años anteriores, la incertidumbre sobre el resultado de quien ganaría la guerra era todavía efervescente.


África constituía una amenaza para Alemania con Rommel al frente. Esa incertidumbre la vemos en “Casablanca” a la vez que vemos simbolizado un aliento moral hacia la población de los países aliados en momentos tan trascendentales y en particular para el vecino del norte.


El orgullo herido de la Francia sometida, el colaboracionismo del régimen de Vichy, y la resistencia anti-nazi en Europa, son temas simbólicos que aparecen reflejados en la película.


Casablanca es el mundo (por lo cosmopolita de la ciudad) un crisol de culturas, universo metafórico de la humanidad globalizada resistiendo y entonando “La Marsellesa”, símbolo de la libertad con refugiados de todas partes del mundo en el café de Rick.


“Casablanca” resiste al movimiento totalitario más cruel y malvado del XX, encarna el conflicto entre el nazismo y la democracia. En ese micro cosmos representando por el Café de Rick, un lugar exclusivo y un antro de juego que atrae una clientela variada: gente de la Francia de Vichy, oficiales de la Alemania nazi, asilados políticos y ladrones.


En la trama, aunque Rick, exiliado años atrás en Marruecos, como dueño del Café, se vende como neutral en la guerra, termina por volverse el portador de los famosos “Salvoconductos” que permiten a su poseedor transitar libremente por toda Europa controlada por los nazis y que son tan codiciados por los refugiados en Marruecos que esperan su oportunidad para escapar, y que terminan en sus manos cuando Ugarte (Peter Lorre) se los confía antes de ser asesinado.


El conflicto amoroso viene cuando, Rick debe otorgar los «letters of transit» a Ilsa, su antigua amante que lo abandonara en París años atrás, al creer que su esposo Víctor Lazlo había muerto en un campo de concentración en Checoslovaquia. País que fue uno de los primeros afectados por la expansión nazi, incluso antes de la guerra.


Rick sigue resentido con Ilsa y decide no darles los salvoconductos, pero cambia de opinión cuando conoce por ella el motivo real de su abandono. Ahí viene la inmortal escena de despedida del final del film: “siempre nos quedará París”, que hasta memes tiene y es citado en varias películas posteriores y series cómicas.


Adicional a los recursos simbólicos y universos metafóricos del Café de Rick, la misma Casablanca como el Ecuador de la Segunda Guerra Mundial, los miles de refugiados de distintas partes del mundo, los enjuegos para conseguir favores, la complacencia obligada a los representantes nazis de la ciudad, encontramos otro elemento irónico en el elenco de la película.


La mayor parte del elenco con la excepción de Rick (Humprey Bogart) y de Sam (Dooley Wilson) era de origen europeo. El propio director, Michael Curtiz, era húngaro; la protagonista, Ingrid Bergman, sueca; Paul Henreid (Laszlo), austríaco; Claude Reins (capitán Renault), británico; Peter Lorre (Ugarte), checoslovaco; Conrad Veidt (mayor Strasse), alemán; Sydney Greenstreet (Ferrari), británico. Quedan representadas todas las nacionalidades arrasadas por Hitler y su tercer Reich.


Resumiendo, “Casablanca” representa el conflicto histórico de la lucha entre la democracia y el totalitarismo nazi. Utiliza ese pequeño Café de Marruecos para hilar una narrativa que envuelve y conecta al espectador en un conflicto micro cosmos, además de un plot romántico, en la pareja de Bogart y Bergman que viven el gran drama de la guerra y lo proyectan al drama personal del público.


En este link vemos otras interpretaciones y explicaciones de “Casablanca” como vehículo político más que drama amoroso.


En este link (aunque en español de España) vemos la escena clásica del final de la película y “siempre nos quedará París”







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