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Foto del escritorjuaninchausteguic

TONANTZIN O GUADALUPE

12 de diciembre día de la virgen de Guadalupe.


Nuestra Señora de Guadalupe, conocida como la Virgen de Guadalupe, es una aparición mariana de la Iglesia católica de origen mexicano, con culto original y principal en la Basílica de Guadalupe, al del cerro del Tepeyac.


María, la madre de Jesús se apareció en cuatro ocasiones, 3 veces al indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en el cerro del Tepeyac, y en una ocasión a Juan Bernardino, tío de Juan Diego entre los días 9 y 12 de diciembre de 1531.


El mito guadalupano narra que, tras la primera aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga, para decirle que le erigieran un templo.


Ante el escepticismo de Juan de Zumárraga, pidió una prueba a Juan Diego. En la última aparición de la Virgen y por orden suya, Juan Diego llevó en su ayate unas rosas de Castilla, que cortó en el Tepeyac, se dirigió al palacio del obispado y lo desplegó frente al obispo dejando ver la imagen de la Virgen María, con rasgos mestizos, una virgen morena.


En el Tepeyac, los indígenas mesoamericanos tenían un centro de devoción dedicado a la diosa Tonantzin, que quiere decir “nuestra madrecita”. Tonantzin para los mexicas, era la madre de todo lo que existe, de los hombres y, lo más importante, parte de la pareja divina que creó al mundo y a todos los seres vivos. Más que una María es una Eva bíblica.




Del modo en que los griegos antiguos veneraban a Deméter, la gran madre de la tierra, la agricultura, nutrición pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte. Es la Ceres romana, y representa el arquetipo de la mujer como madre.


Y que los antiguos mayas lo hacían con Ixmukané, considerada la madre tierra, porque da vida y fue la que preparó las bebidas de maíz blanco y amarillo que dieron origen a los hombres del maíz, según el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas.




Y los Incas a la La Pachamama, o Madre Tierra, deidad venerada por ser generadora de la vida, símbolo de fecundidad por su capacidad para producir, bendecir y engendrar plantas, animales, alimentos y otros medios de subsistencia del ser humano.


Aunque no son exactamente lo mismo, ya que no son todas madre de un dios, y mucho menos vírgenes, si representan el rol maternal, la protección y el cuidado, sea de madre a hijo, o de madre como naturaleza dadora de vida y origen de todo.


Juan Diego se refirió al Obispo en Náhuatl, como Tonantzin, “nuestra madrecita”. Otra versión señala a Coatlallope, o Coatlaxopeuh, palabra propuesta por el padre Mariano Jacobo Rojas de Tepoztlán como posible origen en lengua náhuatl de la palabra Guadalupe.

La sugerencia de una etimología náhuatl para el nombre de la Virgen fue parte de los debates indigenistas mexicanos de mediados del siglo XX, en los que destacados intelectuales reinterpretaron la historia mexicana dando gran importancia a la herencia indígena de la nación.


En la literatura devocional coatlaxopeuh sigue siendo la más aceptada. Aunque los expertos Guadalupólogos, señalan que la primera sugerencia de que la palabra "Guadalupe" viene de una interpretación errónea de una palabra náhuatl original fue expuesta por el sacerdote Luís Becerra y Tanco en 1663.


Esta postura señala que Juan Diego, no hablaba español sino náhuatl, idioma que no usa las consonantes sonoras "g" o "d", y que siendo una palabra náhuatl, no entendida por los españoles se tradujo como Guadalupe. Becerra y Tanco propuso que el nombre original pudo ser "tequantlanopeuh ", que él tradujo como "Ella, que se originó en la cima de las rocas".


Lo que si no es correspondiente es la imagen de nuestra Tonantzin con el de la virgen morena. Tonantzin representa un rostro con dos serpientes, poco dulce y estético versus la serenidad y dulzura de la Guadalupana. Y Coatlallope se describe como “la que aplasta la serpiente”.




Las deidades femeninas en Mesoamérica, estaban relacionadas con la vida, la fertilidad y la tierra. Así, Tonantzin, la diosa madre, era venerada en el cerro de Tepeyac, para agradecer que ya tenían alimento en las casas durante los meses de sequía.


Probablemente de ahí los españoles se valieron con miras evangelizadoras y aprovecharon a Tonantzin para construir el milagro Guadalupano.


Para los indígenas, La Guadalupe no era totalmente cristiana, sino herética y la llamaban “Tonantzin” en vez de “Nuestra Señora, la Madre de Dios. “Nuestra madrecita” se usaba para referir a la Tonantzin antigua y no a la Guadalupana.


Guadalupe o Tonantzin, La Guadalupana, ha sido para México el más fuerte polo de atracción y fuente de inspiración e identidad en todo su devenir histórico. En la colonia y en México independiente: catástrofes, hambrunas, pestes, inundaciones durante el periodo de conquista, y el papel predominante que jugó a lo largo del movimiento independentista y el revolucionario.


Además de ser estandarte para el cura Hidalgo en su marcha independentista, Agustín de Iturbide, emperador del Anáhuac, acudió en 1821 al Tepeyac y rodeado por los principales jefes del Ejército Trigarante, la declaró Patrona de la Nación.


En 1859 el gobierno liberal reconoció su significado e importancia social y el propio Benito Juárez firmó el decreto que autorizaba la celebración del 12 de diciembre. Que después los banqueros se apropiaron también como el día de los banqueros que hoy se celebra y no abren los bancos.


Aunque hoy ya no sabemos qué tan Tonantzin o Vírgen María es la Guadalupe, pues en su devoción, los fieles, dejan ver la presencia borrosa indígena con el imaginario actual ya evangelizados de siglos; que lo mismo se visten de inditos a los niños para visitar a la “Patrona de México y las Américas” o bailan ante ella los “concheros, en el atrio de la Basílica, que hay imágenes modernas de marca como Distroller cuya dueña y creadora, Amaparin Serrano, (para los ochenteros, ex integrante de Flans y Amparín de “Media Luna” dueto baladista Gen X) murió en agosto del año pasado ; o su imagen estampada en una gorra o una camiseta o en una bolsa bordada o es el programa con más rating en la televisión mexicana.





Lo que es muy cierto es que la Virgen de Guadalupe o Emperatriz de América, es un emblema de lo nacional por el que cada año se levantan clamores al cielo, se caminan kilómetros de distancia y se izan banderas de México en todo el mundo aún sin recordar los verdaderos motivos que nos llevaron a ello.


Después de 4 años de la pandemia, el máximo recinto mariano de América luce en todo su esplendor y en estos días, se espera un récord de más de 12 millones de visitantes, sobre todo en la madrugada de hoy, para las tradicionales mañanitas a la Vírgen.



Tradición desde 1951, en la que figuras del espectáculo le cantan las Mañanitas a Santa María de Guadalupe para reafirmar su devoción a la Morenita que hoy cumple 492 años de su aparición en el Cerro del Tepeyac. Este año como muchos atrás, estuvieron María Victoria, Lucero, Guadalupe Pineda, Aída Cuevas, Mariachi Gama Mil entre otros como Carlos Rivera, Daniela Romo, Espinoza Paz, Sherlyn y una Mariana Seoane espectácular (por el vestido más que por su voz). Tal vez el próximo año este Maluma y Peso Pluma.


A pesar de esta gran devoción guadalupana por la gran mayoría del país, según resultados del Censo 2020 Población y Vivienda, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 97,864,218 católicos, que representan el 77.7% de la población total. Si bien, la mayoría de la población mexicana continúa siendo católica, existe una reducción de 5 puntos porcentuales respecto a hace 10 años.


En contraste, las personas que se autodenominan protestantes o cristianos evangélicos pasaron de ser el 7.5% en 2010 al 11.2% en 2020, mientras que las personas que se consideran “sin religión” crecieron 3.4% respecto al 2010.


Dentro de los creyentes se estima que existe una tercera parte que no se consideran guadalupanos. O sea que 2 de 3 son los que hoy en el país asisten o siguen las celebraciones de La Guadalupana, la que desde el cielo una hermosa mañana bajó al Tepeyac… que trajo alegría y armonía a todo el Anahuatl… y desde entonces para el mexicano ser guadalupano es algo esencial…



Si ayer no viste las mañanitas en "Las Estrellas" aquí te las dejo.



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