top of page
Foto del escritorjuaninchausteguic

EL ESPERPENTO GALLEGO: VALLE INCLÁN

5 de enero de 1936 muere en Santiago de Compostela, Ramón del Valle-Inclán, escritor español, clave en la Literatura en español; en México trabajó en el Correo Español y El Universal, tuvo gran influencia del Modernismo en nuestro país.


Novelista, poeta y dramaturgo, además de cuentista, ensayista y periodista. Destacó en todos los géneros que cultivó.


En narrativa, son conocidas sus Sonatas: “Sonata de otoño” (1902); “Sonata de Estío” (1903); “Sonata de Primavera” (1904) y “Sonata de Invierno” (1905). En ellas vemos la nostalgia típica de los seguidores de Rubén Darío, padre del Modernismo.


Aunque sin duda es “Tirano Banderas” (1926) su novela más famosa; de las primeras llamadas “novelas de dictador” que describen la realidad de los países latinoamericanos y sus gobiernos anti democráticos, como lo hacen más tarde Alejo Carpentier en “El recurso del método” (1974); García Márquez con “El otoño del Patriarca” (1975); y Vargas Llosa con “La Fiesta del Chivo” (2000) entre otros.


En poesía su obra se reúne en la trilogía “Claves líricas” (1930) ahí recrea diversos aspectos de su natal Galicia, descripciones del paisaje, trabajos cotidianos, milagrería, superstición, etc. También en la corriente modernista.


Quizá sea en dramaturgia en dónde vemos más completo el universo decadentista y esperpéntico y que mejor describe a Del Valle-Inclán y lo separa un tanto del modernismo, para darle su lugar único. Después de todo es el creador de este género en el teatro.


En 1920 es la primera vez que Del Valle emplea la palabra «esperpento» en relación a su obra: «Esta modalidad consiste en buscar el lado cómico en lo trágico de la vida», expresaría en 1921. Su forma de vestir característica llamaba la atención: «fantocheril» a la manera de sus esperpentos, vestido de negro y bien flaco, con barba larga, renegando de todo, con su famoso ceceo en las tertulias de los cafés de Madrid, se hizo un personaje de su misma obra.


De su ciclo de teatro “mítico” encontramos Divinas Palabras (1920) subtitulada como “Tragicomedia de aldea”, con una estética esperpéntica muy de él. La obra muestra situaciones de crueldad en tragicomedia. Se une lo trágico y lo grotesco, abundan personajes sórdidos y miserables. Vemos imágenes de muerte, de avaricia y lujuria.


Nos deja ver la ignorancia de la España profunda, sin educación, que cree en supersticiones y milagrería. La miseria moral y física que trae comportamiento inmoral, injusto, mezquino y violento.


La violencia física nacida de la frustración, de la falta de cultura y las normas que nos someten ridículamente. La venganza, por rencor, la ignorancia que ve milagros donde no hay, por atavismos y fanatismos viejos y absurdos.


Quizá sea la obra más universal de Valle-Inclán, ya que es, la que más veces se ha llevado a escena fuera de España. Se calculan un total de 35 montajes en 18 países de Europa, América y Asia, 13 de ellos de habla no hispana. También ha sido llevada al cine: en 1987 en España con Ana Belén y Paco Rabal y en 1978 en México, una versión de Juan Ibañez con Silvia Pinal y Mario Almada.


En el filme mexicano, Mari Gaila (Silvia Pinal), es una adúltera entre harapientos, ladrones, prostitutas, enanos y otros seres deformes, en un raro cuadro ubicado en un país y un tiempo imprecisos.


Su marido es un pobre sacristán que acuerda con otros parientes hacer negocio con la exhibición de su sobrino huérfano, un enano retrasado mental. Sorprendida en pleno adulterio con su amante, Mari Gaila es enjaulada desnuda y llevada ante su marido, que cree salvar a su esposa recitando lo de “El que esté libre de culpas....”


Antes de rodarla en cine, Ibañez ya la había montado en teatro, anterior a debutar en cine con “Los Caifanes” (1966). Fue tal el éxito en teatro que en 1964 fueron invitados a participar, representando a México, al Primer Festival Mundial de Teatro Universitario realizado en Francia.


Con el respaldo de la Universidad Nacional, el talento del Maestro Héctor Azar, y un elenco espectacular formado por Martha Zavaleta, Ignacio Sotelo, Carlos de Pedro, Marisa Ibáñez, Gilberto Pérez Gallardo, Leticia Gómez, Rosa Furman, entre otros.


Cabría preguntarse si es la forma original en que la obra de teatro de Valle-Inclán está escrita de modo muy cinematográfico o si Ibañez, hace teatro en cine, muy influenciado por su formación teatral, o las dos cosas.


El filme tiene la textura y ambiente que nos hace sentir que estamos sentados frente al escenario todo el tiempo. El vestuario y el decorado también es muy teatral, logran una sinestesia de sentidos, y hasta parece que olemos la mugre y andrajos qué a su pesar, tienen algo de poético.


La iluminación, la coreografía y movimientos escénicos son clave fundamental en la película, nos ofrece una fotografía tragicómica y risible por su deformación gesticulante y ridiculizadora y amarga. Casi un viaje onírico de aspectos grotescos, feos, histriónicos e hirientes a los sentidos. Algunos parlamentos llegan a parecer monólogos intimistas casi con una unidad propia.


Según A. Zahareas (1991), el monstruoso efecto de lo esperpéntico enaltece la superación del absurdo y del fracaso de la sociedad. El esperpento deforma la realidad para mostrar que esta está infectada por el mal y que no tiene remedio. Así, Valle-Inclán se convierte en el artista creador que parece disfrutar con el caos del mundo, y lo configura a su antojo, para luego presentárselo descarnado a su audiencia.


Del mismo modo en que la comedia o la farsa nos permiten al reírnos, una liberación y respiro por la realidad que nos abruma y rebasa y no nos queda más que reír.


El esperpento nos permite juzgar al mundo y desenmascarar la vida misma, el sentido trágico de la vida, deformando la realidad, distorsionarla al grado de esperpento para renovarla y regresarla a su forma original como un proceso de aceptarla o al menos asimilarla o tal vez resignarse.


Pero sobre todo parece funcionar como un espejo que nos deja ver y vernos de un modo desgarrado en toda la maldad humana y ese fantoche o esperpento que somos cada vez más con el avance del mundo.


Tal vez el rechazo o la indignación que provoca termine por hacernos analizar y razonar para avanzar y mejorar en este mundo, aunque sea a manera ilusoria o un deseo lleno de esperanza.



En este link vemos un fragmento de Divinas Palabras de Ibañez de 1978, con la exhibición del enano deforme, al minuto casi cinco aparece Silvia Pinal.

En este link vemos la entrada de la versión de Divinas Palabras de 1987 en España con Ana Belén y Paco Rabal.

110 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page