24 de diciembre, nochebuena
La Nochebuena es la fiesta en que los cristianos celebran la víspera del día de Navidad o Natividad de Jesucristo, que es su máxima fiesta pues representa la encarnación de Dios en la Tierra, cuando manda a su hijo para redención del mundo.
Se celebra en la noche del 24 de diciembre, ya que la Iglesia cristiana establece oficialmente el 25 de diciembre como el día del nacimiento de Jesús.
Hay varios ritos y símbolos que acompañan la celebración de la Nochebuena, como la "Misa de Gallo" o "Misa de los pastores".
Otra de las tradiciones y prácticas es la cena entre familiares y amigos cercanos. La comida servida depende de las costumbres de cada país. En México, normalmente es pavo relleno o los famosos romeritos en las familias donde no alcanza para más, en otras, bacalao, cerdo, cordero y otros platos.
Algunos hacen la cena antes de la misa de gallo, otros la hacen después y otros sustituyen la misa de gallo por la cena y otros ni la cena ni la misa y van directo a la party.
También está el intercambio de regalos. Normalmente, los regalos son abiertos sólo después de medianoche, cuando ya es Navidad.
Esta costumbre representa la entrega de los presentes por parte de los tres reyes magos en nacimiento de Jesús. Aunque, la iglesia católica reserva el 6 de enero para resaltar estos símbolos y tradiciones.
No falta la música, los tradicionales villancicos que cada vez están más en desuso y suelen más bien acompañar los recorridos a las tiendas para prepararse y comprar regalos y lo que haga falta para celebrar este día.
En algunos países hay las chocolatadas para niños y ancianos, durante las semanas previas al 24 de diciembre; se sirve chocolate caliente y un trozo de panetón. También hay espectáculos infantiles, festivales, desfiles, bailes, y entrega de regalos.
Abundan los nacimientos, belenes, pesebres o representaciones del nacimiento de Jesús, donde las figuras principales son la sagrada familia, los tres reyes magos, los pastores, el establo, los animales, el ángel y una estrella, en México hasta hay “Oxxo” en los nacimientos.
En otras partes del mundo, como Alemania, hornean galletas y decoran los hogares con adornos tradicionales y pequeños muñecos de fruta. Los niños dejan sus cartas en las ventanas, dirigidas a Christkind, una figura alada que distribuye regalos.
A la religión se le suman rituales y prácticas que no tienen que ver con la fe sino con el marketing y el comercio. La más importante, es la representación de Santa Claus o Papá Noel como un anciano con barba que usa un traje de color rojo, viaja en un trineo volador impulsado por renos mágicos y lleva obsequios a los niños de todo el mundo, además de los típicos adornos de esferas, guirnaldas de nochebuena y coníferas doradas.
Dice la historia que Christkind es un personaje mitológico alemán; pero también se habla de un hombre llamado Nicolás de Bari, un sacerdote, hijo de acaudalados padres, muy inclinado a los niños, que toma posición de santo por su gran caridad con los pobres.
Los europeos que emigraron a Estados Unidos de Norteamérica llevaron sus tradiciones, en este caso Nicolás de Bari o San Nicolás, que finalmente se vuelve Santa Claus, y al regresar a Europa termina como Papa Noel, expandiéndose por el mundo.
Quizá hasta los años 70 era común que en el mundo de habla hispana los regalos los trajera "El Niño Jesús" o "Los Reyes Magos", hoy, en el mundo ya todo globalizado, el único repartidor de regalos es Santa. Y tiene más presencia mediática que el mismísimo Niño Dios, que si fuera Niño Dior tendría más aire.
En Argentina, Paraguay y Uruguay: se le dice Papá Noel; Bolivia, Colombia y Ecuador: Papá Noel y a veces Santa Claus; Chile: Viejito Pascuero; Costa Rica: Colacho; Cuba, Puerto Rico y República Dominicana: Santa Claus, pronunciado como Santi Clós; El Salvador, Guatemala y Nicaragua: Santa Claus o Santa.
España: Papá Noel, aunque ya es común Santa Claus o Santa; México: Santa, Santa Claus; Panamá: Santa Claus; Venezuela: San Nicolás o Santa Claus.
Alemania: Nikolaus o Weihnachtsmann (literalmente, 'hombre de Navidad'); Brasil; Papai Noel; Dinamarca: Julemanden (literalmente, 'hombre de Navidad', como en alemán; Estados Unidos: Santa Claus; Finlandia: Joulupukki; Francia: Père Noël; Inglaterra: Father Christmas; Hungría: Télapó; Irán: Baba Noel; Islandia: Jólasveinn; Irlanda: Daidí na Nollag; Italia: Babbo Natale; Portugal: Pai Natal; Rusia: Санта-Клаус (Santa Claus); Suecia: Jultomten (literalmente 'duende de Navidad', como en noruego.
Aunque para occidente la Nochebuena y Navidad son las fiestas más celebradas y simbólicas del año, sólo el 33% de la población mundial las celebra, de modo que más del 66% de la humanidad que “no ha sido evangelizada” o simplemente no cree en Jesús, Jesucristo o Cristo, menos en Papa Noel no celebra estas fiestas.
Ese 66% de la población que no es cristiana está conformado por los musulmanes, judíos, los Testigos de Jehová, los japoneses, los habitantes de China, los hindúes, entre otros grupos de los cinco continentes.
La religión musulmana conmemora el nacimiento del profeta Mahoma, festividad que se llama Mawlid al Nabawi y que se celebra el día 12 del mes de Rabia I del calendario lunar de modo de puede variar cada año, este 2022 se celebró la noche del 26 al 27 de septiembre.
Los judíos, tienen su símil en Hanukkah, que a veces coincide con las fechas de Navidad, este año inició el 18 de diciembre y termina el 26. Hanukkah significa dedicación, también se le llama el Festival de Luces, Celebración de Dedicación y Celebración de los Macabeos por su victoria sobre los sirios y la re-dedicación del Segundo Templo de Jerusalén.
El motivo de esta celebración es conmemorar dicha revuelta del pueblo macabeo, en el siglo II A.C., donde el pueblo judío recuperó su independencia sobre los griegos y lograron reclamar el Templo de Jerusalén.
La re-dedicación fue necesaria porque el rey Seléucida de Siria, Antiochus IV Epiphanes, había profanado el templo al instalar un altar a Zeus en el lugar. Esto se puede interpretar como la primera guerra ideológica de la historia o religiosa.
Cuando los Macabeos empezaron a preparar el templo para la re-dedicación, encontraron que sólo tenían aceite para iluminarlo por una noche. Al final, duró ocho días. Las velas son encendidas cada noche del Hanukkah para conmemorar el milagro.
Además de no ser mayoría mundial, La Nochebuena y la Navidad son cada vez más desplazadas de su sentido tradicional original, por el consumo y el marketing que representan un negocio millonario en el mundo entero.
Por ejemplo, en 2018 el gasto navideño en los Estados Unidos, según Forbes, superó el trillón de dólares, con promedio de gasto en regalos de hasta 800 dólares en personas que ganan más de 50 mil dólares anuales.
En España el promedio de gasto en regalos es de aproximadamente 250 dólares, y es uno de los más altos de la Unión Europea, donde lideran los británicos con un gasto estimado promedio de 320 dólares.
En México evidentemente el gasto promedio en un regalo es menor y se puede estimar en 50 dólares; pero toda la sociedad en nuestro país es muy desigual, así que esto varía por niveles socioeconómicos. 50 dólares es bastante para un país tan desigual y empobrecido como el nuestro.
Festejemos pues la Nochebuena y Navidad, hagamos a un lado el marketing de Santa, el mercado más lucrativo del año, que este se supone será completamente restablecido después de dos años de pandemia.
Pero también rescatemos el verdadero sentido de la navidad, hagamos nacer toda la bondad y esperanza que nos trae el niño Jesús. Sobre todo, aprendamos humildad y no en el sentido de muerto de hambre y jodido, sino el de domar al ego, al gran narciso que todos llevamos dentro y que no es difícil de sacar de nuestras mentes y corazones.
Hablo de la humildad bien descrita en su etimología latina humilitas, itas cualidad del ser y humus “tierra” de aceptar nuestras limitaciones (terrenales) y de lo insignificantes que somos ante el total del cosmos y el universo entero. Humus también significa fértil, seamos eso, fértiles para nosotros mismos y para los demás.
Son tiempos de agradecer y valorar lo que tenemos, no de desear y consumir como siempre lo hemos hecho. Hoy se hace carne nuestro salvador para estar siempre presente en nuestros momentos de tribulación y desesperanza, pero también para traer la dicha y regocijo de sabernos salvos, en armonía y en paz. Hagamos que nazca el verdadero espíritu de Navidad y el despertar de la conciencia.
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