EL VIAJE DEL HÉROE, COBRA KAI Y LA NOSTALGIA DE LOS 80´S

Por Juan Incháustegui

(Continuación y última parte de 3 textos sobre Cobra Kai y Mythostoryteller)

Lo más genial y maravilloso en Cobra Kai, es que vemos el paso de las etapas del viaje del Héroe de los personajes principales, adultos y jóvenes, originales y nuevos, de manera clara, perfectamente construidas con el presente y el pasado.

Con anécdotas y situaciones deliberadamente invertidas al original de la película, con elementos simbólicos muy acertados y sobre todo narrados desde la nostalgia, que nunca deja de estar presente.

2.- ESTRUCTURA DEL RELATO

En el mundo ordinario de los protagonistas, nos sorprende una realidad opuesta a la que vimos en el final de la película hace más de 35 años. Daniel es ahora el ganador y Johnny el loser. Irónico, como suele ocurrir en la vida.

Ambos personajes adultos entran en una nueva aventura o enfrentamiento no por su voluntad sino por las circunstancias; los verdaderos héroes no buscan serlo y cuando son llamados, se niegan rotundamente.

Johnny acepta entrenar a los niños por dinero, no tiene para la renta ni para pagar sus “coors” y se le complica cuando la hija de Daniel, Sam (Mary Mouser) le choca su adorado Mustang rojo (que hace alusión a los 80s)

Daniel no tiene la menor intención de reabrir un pleito viejo con Johnny sin embargo, las circunstancias lo hacen. Johnny pinta un pene a su espectacular o billboard de hombre exitoso de los autos y le declara la guerra.

Miguel Díaz, el chico latino es mentor del villano redimido. Por él, Johnny decide re abrir la escuela de karate y replantea su postura anterior de vida. Incluso la idea de volver a tener pareja. Con él cumple el rol de padre que no ha cubierto con su verdadero hijo, Robby.

El mentor de LaRusso sigue siendo el señor Miyagi quien a través de flashbacks sigue presente y se concretiza en el dojo que Daniel re abre en aquella casa estilo oriental donde lavando coches, lijando pisos y pintando bardas aprendió más que karate.

Sin saber, Johnny lleva a arreglar su auto a uno de los talleres de LaRusso. Su hijo Robby por molestar a su padre comienza a trabajar con LaRusso al ver que tiene una mejor relación con el chico latino a quien entrena.

Comienzan a cruzar el Umbral y aparecen los aliados y enemigos. Daniel intenta comprar con abuso de su posición, el local donde Johnny re abre Cobra Kai. Reaparece el verdadero origen del viejo enfrentamiento entre los dos héroes, John Kreese (Martin Kove), el rudo y despiadado entrenador que enseñaba golpear primero, golpear fuerte y sin piedad, y literal destruye el dojo Miyagi.

Daniel pone trabas a Johnny para volver a competir en el torneo regional de karate, al ser miembro líder del Comité. Johnny a traición aprovecha un evento de la Feria para dejar mejor posicionado a Cobra Kai.

Los héroes se van acercando a la gran prueba que se sintetiza en el torneo de Karate de All Valley, que da el triunfo esta vez a Cobra Kai. Y Así da cierre a la primera temporada y abre la segunda.

Como la serie aún continua, no podemos ver aún el cierre del periplo del héroe, con la Gran recompensa y el regreso con el elixir. En su lugar vemos algunos gimmicks que dejan ver triunfos momentáneos y soluciones temporales.

Pero nos deja en un gran climax, en donde no sabemos quién va ganando realmente. Johnny no tiene el respeto de su hijo y parece no estar satisfecho con el resultado de sus estrategias de enseñanza y Daniel no ha sido buen maestro, pues su alumno estrella manda al hospital al alumno protegido de Johnny.

Bajo esta estructura dramática vemos varios flashbacks que más que explicarnos la historia, nos lleva al “hubiera”. Cómo sería la vida de hoy si hubiera o no hubiera pasado tal cosa.

Nos platean así personajes de carne y hueso, resultados de sus circunstancias, no hay buenos ni malos, sino gente asertiva o no, que asume que su forma de llevar la vida es la correcta y que comete un error tras otro, es decir, gente normal.

Y, claro, como se trata de personas normales en un mundo normal, sus status vitales no son iguales: a veces eres exitoso, otras eres fracasado, es dinámico el ganar o perder, a veces ganar es perder y viceversa.

Encontramos excelentes recursos de musicalización y simbolismo de la época ochentera y de la realidad actual. Hay conexiones magistrales de escenas originales de la película con escenas de ahora.

3.- LA NOSTALGIA DE LOS 80S

Los 80s fueron la última década sin interconexión, sin internet, cuando las noticias llegaban retrasadas, por carta, en avión, por la tele, cuando la intimidad aún existía y ningún celular o red social nos trepanaba el cerebro día y noche de manera violenta e inevitable.

Ese pequeño gran detalle lo vemos en los personajes adolescentes de la serie que viven con el celular en la mano, el cyberbulling, la publicidad You Yube, lo “viral”, el mundo de las apps, la inmediatez y ubicuidad de todo y de todos.

Como dice Spielberg fue una década libre de estrés “todo era bastante inocuo”. La pulsión melancólica funciona así: no echas de menos tanto ese momento temporal como tu vida durante ese momento temporal.

Los años 80 suponen una regresión a una infancia idílica, donde todo era mucho más sencillo y comprensible, donde el futuro era algo deseable y no daba miedo.

Ramón Llull cita en “La Vanguardia” qué en un momento de crisis, de cambio incluso positivo se necesita retomar el pasado y buscar referentes. Si le añadimos que los 80s fueron grandes años de consumo, de consumidores de verdad a nivel mundial, crece el potencial.

De los 90s, lo único que queda es el grunge, los videojuegos, el discman las primeras computadoras y el recién llegado internet. Quizá tan cerca del 2020 que aún no dan nostalgia.

En uno de los capítulos de la segunda temporada de Cobra Kai hay una fiesta con temática de los 80s, donde vemos variedad de personajes de la época: Madonna, Michael Jackson, Cindy Lauper, Boy George, Back to The Future, Cazafantasmas, Dirty Dancing. En una fiesta noventera sería una sala de Britney Spears y Back Street Boys.

La temporada segunda de Cobra Kai nos hace un recorrido no sólo musical y de imágenes de los ochentas, sino que nos trae de vuelta a toda la banda de chicos malos del dojo del “no mercy”. Los humaniza y refrenda en ellos el valor de la amistad, a Daniel ya se le murió su único amigo.

En el nuevo milenio la cultura parece haber perdido todo rasgo de individualidad y personalidad propia, auténtica, es el reino de los refritos, los remakes, las segundas partes, las adaptaciones, las versiones live action de comics y animaciones.

Resumiendo, los tres textos presentados, estos tres supuestos básicos: el pensamiento mítico, la estructura dramática y el marketing de la nostalgia, bien organizados y configurados permiten que el público primario (los ochenteros) más los nuevos teens y jóvenes del segundo milenio se conecten y se sientan inmersos en este juego retro de emociones, símbolos, ambientes y atmósferas que la serie crea y recrea de manera fabulosa.

Los primeros reafirman el imaginario de su añorado pasado adolescente mientras que los segundos conocen, espían, critican y comparan los buenos tiempos de sus padres. Quizá para ambos comprobar que todo es un poco lo mismo y aunque parezca, no hay nada realmente nuevo bajo el sol. Siendo eso lo que finalmente los mantiene unidos.

De manera curiosa, los Millennians son todavía más receptivos a la nostalgia que otras generaciones y consumen más estos productos ya que llegaron a la edad adulta en plena crisis económica e inestabilidad y son más sensibles a estos mensajes.

El último capítulo de la temporada II termina haciendo alusión a la posible aparición de Ali Mills (Elisabeth Shue), otro de los motivos de rivalidad de los protagonistas de la serie. Posiblemente para enero de 2021. ¿Qué nuevos aires nostálgicos nos traerá?