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Foto del escritorjuaninchausteguic

Everything Everywhere All at Once

Tengo un poema parte de un libro que se llama “Poemas del Quantum” titulado “Dados discretos”, justo por aquello de las matemáticas discretas, que no es otra cosa que la parte de esta ciencia que estudia los conjuntos discretos: finitos e infinitos numerables:


¿Por qué menos por menos es más? y

¿más por menos es menos?

¿quién lo decide?

¿cuántos?

dados discretos que sólo suman par o non

si cae tres y seis son nueve,

nunca caen 3.5 ó 6.9… ni 3.54638 o 6.99594734

mis dados si caen ahí.


Estos versos son perfectos para explicar el tema central de este film, la posibilidad infinita de mundos en nuestras vidas.


La vida no es más que una serie de decisiones tomadas de manera personal de modo aleatorio o hiper razonadas aparentemente finitas (buenas o malas); y frente a esas decisiones que tomamos, hay y hubieron múltiples y eternas posibilidades que no vivimos de manera analógica, pero que nunca dejan de estar; están de modo multi-versal, digital, en una realidad paralela, alterna.



También es muy útil San Agustín y sus “Confesiones” y su “en ti alma mía mido los tiempos”, pues es ahí (físicamente en nuestra memoria, nuestros sueños, nuestro inconsciente, y ¿por qué no?, en los saltos cuánticos, como los que dan los protagonistas de esta peli): un continuo y eterno retorno entre estar (en los presentes) regresar (a los pasados) y llegar o volver (a los futuros) en donde también ocurre la vida, seamos o no conscientes de ello.


Dicho así, pareciera que el conflicto existencial humano del “hubiera no existe” no tiene remedio, más que la resignación, pero en la historia de este “tipo experimento cinematográfico” arriesgado, irruptor, hiper creativo, original y sobre todo, de difícil catalogación, se abre un espacio a la reflexión y a la esperanza, ante la disfuncionalidad y fracaso de una familia china (que representa al mundo) y que logra salvarse a si misma y al mundo, a través del gran aprendizaje que obtiene de las funciones metavérsicas, metaversales o cuánticas.



Everything Everywhere All at Once, es difícil de catalogar en género, pues lo mismo tiene de sátira, un poco de esperpento, de película de Jackie Chan, teatro del absurdo (por no decir jaladas) de escatológico mas o menos hilarante (como las manos de hot-dogs o la pelea con el dildo o las piedras parlantes) que de drama familiar y de crisis existencial, de esta familia de emigrantes chinos a punto de desmoronarse.


En medio de esta invasión visual, hipertrofia del ojo y el oído, pero que es totalmente sinestésica e incluye más de los cinco sentidos como espectador, con tantas escenas sucedidas a una velocidad inédita y sin aparente orden, que parece de repente perdernos y decir ¿qué onda con esta peli o cuántas mamadas juntas? y seguro es el momento en que muchos del público se salieron del cine o quitaron la peli de Prime, que estaba originalmente gratis pero que después de la nominación, Amazon la puso en renta, sin siquiera pensarlo, entramos en un estado hipnótico-shockeante que en su momento oportuno nos sosiega muy cerca de lo catártico.



La familia china no resuelve sus problemas financieros, existenciales y personales por un avatar que los traslada a un infinito mundo de realidades virtuales y cambia su realidad actual. Las deudas de Evelyn (Michelle Yeoh) el divorcio firmado por su esposo pelele, Waymond (Jonathan Ke Quan), la no aceptación del lesbianismo de su hija Jobu (Stepanie Hsu) y su crisis de identidad y vocación, y las penurias del odioso y retrógrado abuelo Gong Gong, se solucionan después de ese viaje cuántico y metavérisco de infinitas posibilidades, donde aprenden y ven que la vida que tienen a partir de las decisiones que tomaron, tal vez no hayan sido las mejores y que hay otras, mil veces mejor, de mayor, éxito, felicidad y trascendencia, pero el potencial y energía de esas otras vidas, está presente en el fondo de su alma y de su vida actual y que es cuestión de activarlas para lograr salir adelante y triunfar.


O sea que habremos de sacar lo mejor que hay en esas otras vidas y aplicarlas en las deficiencias, dificultades o carencias de nuestra vida actual.



Cuando todo parece estar perdido y uno ya enloqueció de tanto metaverso y posibilidades infinitas de realidades, viene un excelente punto de inflexión con toma de conciencia y la familia china (el mundo) soluciona sus conflictos, se extiende un plazo para pagar la deuda, la hija es aceptada y encuentra su lugar, el matrimonio reconoce que en realidad, son lo mejor uno para el otro, y que aunque en otras vidas pudieron ser más felices y realizados, lo que tienen en esta es lo que decidieron, y que es bueno y son felices.



Sin darle tanta interpretación simbólica o cuántica y metavérsica, dejando a un lado el caos, absurdismo y extravagancia de su mundo paralelo onírico, irónico y altamente dinámico involuntario, es una película que nos hace reflexionar sobre la tolerancia, la empatía, la compasión, el amor, la lealtad y el perdón que tanta falta hace en las familias y en el mundo en general.


Rescata el concepto de la muerte del prójimo (de Luigi Zoja) que la sociedad de las masas ha traído como una inconexión, una experiencia humana sea familiar, de pareja, social, laboral etc, con los otros, anónima, indiferente a la que le falta empatía, solidaridad y compasión (en el sentido budista).


Además de su poderoso insight, afortunado y actual, el riesgo y aventura de esta película y sus realizadores, llena mucho el vacio de la falta de creatividad e innovación de la que carece ya la industria del cine, acostumbrada a apostarle a lo seguro, al remake, al blockbuster lleno de acción y tecnología que agradece el público que solo busca pasar un buen rato en las salas de cine, pero nada cuesta un doble click y además de entretener hacer pensar un poco.



Everything Everywhere All at Once tiene 9 nominaciones al Oscar, además de mejor película, mejor actriz principal y de reparto, mejor actor de reparto, director, guion original, banda sonora, vestuario y montaje.


Ya ganó el Critics Choice Award a mejor película, guión, director, actor de reaprto y edición. Ganó Globo de Oro a mejor actriz principal y actor de reparto y en los SAGs arrasó con mejor reparto, mejor actriz principal, y actor y actriz de reparto. En BAFTA solo obtuvo mejor montaje.


Su record no es precisamente el más impresionante en la historia de los premios de cine, pero si marca una pauta certera de posible triunfo como mejor película, guión original, director, actriz principal y actriz y actor de reparto en la Gala Oscarina.


Si se sigue esa racha en los premios previos al Oscar es posible que sea una noche del triunfo asiático en Hollywood. Hablaría bien de la Academia de Cine Americana, premiar al talento, elenco e historia, de y sobre chinos viviendo en USA, siendo una nación que compite y ha superado al imperio yankie, en economía, armada, comercio y su presencia en el mundo entero.




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