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Foto del escritorjuaninchausteguic

La insoportable levedad del Oscar.

Cada vez más en los últimos años las nominaciones para premiar a lo mejor del cine por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, mejor conocidos como Óscares, se ha convertido en un catálogo de la inclusión, la búsqueda de la diversidad, del pago de cuotas de minorías y marginalidades, de lo políticamente correcto y de todo lo necesario para recuperar el rating de su ceremonia (que también más pierde cada vez más impacto) en vez de ser un verdadero reconocimiento y valoración al talento, el arte, la creatividad y los mejores desempeños histriónicos y narrativos del cine.


Este intento de colocar en la antesala del “And the Oscar goes to…” en su noche de gala, (que este año será el domingo 27 de marzo en su 94va edición) nos muestra lo que, a juicio de sus cerca de 9000 miembros, que se mantienen en secreto, es lo mejor acontecido en la industria del cine mundial durante el año anterior.


Cabe mencionar que, en este selecto y exclusivo grupo de miembros del jurado, sólo se puede pertenecer por invitación y si ya se ha ganado alguna de sus estatuillas (con forma del Indio Fernández) en cualquiera de sus categorías. Son en su mayoría actores, directores, productores, ejecutivos, directores y gente poderosa de la industria, en una red cada vez más mafiosa que ya no nos sorprende.


Después de todo, conocer a los nominados en febrero de cada año, o nos enoja, nos intriga o nos hace sentido, según sea nuestra relación con el cine, como público, críticos o simplemente como metiches, salidos o pretenciosos conocedores.


Tomando solo la categoría de Mejor Película de este 2022, encontramos 10 películas, que sea por su trama, su actuación, elenco, dirección, guion, whatever, pero sobre todo por la cobertura de lo esperado para ganar simpatías, audiencias y marketing que revisaré de manera leve sin dejar por eso de tener el peso insoportable del ser, que en esta industria ya es más del hacer o del deber ser. Intentaré ser lo menos spoileador posible (creo que no lo logro) y presentarlas en el orden en que según yo podrían ganar esta categoría:


2.“Drive my car” de Teruhisa Yamamoto, además de estar nominada a mejor director, mejor guion adaptado y mejor película extranjera, es la “Parasite” de 2019 en 2022, y por ello la gran favorita para arrasar con los premios esa noche.


Cubre la cuota de raza al incluir Asia, esta vez con la bandera del Sol Naciente. Nos pone en el radar un filme que de no ser nominée no habríamos visto.


Sin embargo, se salva de la levedad del ser oscarino, por dos cuestiones relevantes: el relato paralelo en su trama que toma del “Tío Vania” de Chejov y estar basada en un cuento corto del varias veces nominado a Nobel de Literatura y que no ha ganado, Haruki Murakami, famoso por su literatura surrealista, muy occidentalizada para ser nipón, postmoderna, de la soledad y la alienación humanas.


Este cuento sacado de “Hombres sin mujeres” editado por Tusquets en 2015, tiene un guion soberbiamente bien adaptado, aunque la peli bien podría durar un poco menos de sus tres horas.


Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, aún incapaz de lidiar con su pasado, acepta dirigir Tío Vania en un festival de teatro en Hiroshima. Allí conoce a Misaki, una joven introvertida que será su chófer. En sus idas y venidas comienzan a surgir las confesiones y a desvelarse los secretos de sus misteriosas vidas.


Así vamos descubriendo el aislamiento y la soledad que preceden o siguen a la relación amorosa: al hombre que ha perdido a una mujer, marcado por el desencuentro, que revive los fantasmas del pasado, incapaz de establecer una comunicación plena con la pareja, y que extrañamente en un momento se interrumpe su historia de amor.


Así el secreto del cineasta japonés Hamaguchi será ocultarnos algo para decirnos que las apariencias engañan como lo hace Chejov y que las palabras justo sirven para eso, para ocultar lo que no se dice. En donde la trama del Tío Vania une las almas de los protagonistas (Chofera y Director de teatro).


El Tío Vania habla del deterioro de la vida, los sentimientos de hastío y tedio que muestran los seres humanos: Vania se siente hastiado de una existencia mediocre, Sonia se siente hastiada de sufrir por un amor no correspondido. Es este sentimiento de hartazgo y fastidio el que genera el conflicto de la obra de Chejov y que paralelamente vemos en los personajes protagonistas de Drive my car.


El que algunos de los actores de la troupe (compañía de teatro en la trama del film) hablen distintos idiomas –incluso el de signos– refuerza esa idea de sinergia emocional que va mas allá del lenguaje y de paso repasa las cuotas de etnia, raza y discapacidad.


Aunque quizá esas tres horas de metraje de “Drive my car” eran necesarias para crearnos esa intimidad creciente durante los viajes en carro entre los protagonistas para poder darnos esa atmósfera de melancolía, con la generosidad y calidez propias de un humanista que se abraza a la vida como la Sonia de Chéjov a su abnegación.


Es otra de las grandes favoritas de la noche Oscarina y más que dar la sorpresa se habla ya de un triunfo inminente.


LINK TRAILER DE LA PELICULA





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