Cada vez más en los últimos años las nominaciones para premiar a lo mejor del cine por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, mejor conocidos como Óscares, se ha convertido en un catálogo de la inclusión, la búsqueda de la diversidad, del pago de cuotas de minorías y marginalidades, de lo políticamente correcto y de todo lo necesario para recuperar el rating de su ceremonia (que también cada vez más pierde impacto) en vez de ser un verdadero reconocimiento y valoración al talento, el arte, la creatividad y los mejores desempeños histriónicos y narrativos del cine.
Este intento de colocar en la antesala del “And the Oscar goes to…” en su noche de gala, (que este año será el domingo 27 de marzo en su 94va edición) nos muestra lo que, a juicio de sus cerca de 9000 miembros, que se mantienen en secreto, es lo mejor acontecido en la industria del cine mundial durante el año anterior.
Cabe mencionar que, en este selecto y exclusivo grupo de miembros del jurado, sólo se puede pertenecer por invitación y si ya se ha ganado alguna de sus estatuillas (con forma del Indio Fernández) en cualquiera de sus categorías. Son en su mayoría actores, directores, productores, ejecutivos, directores y gente poderosa de la industria, en una red cada vez más mafiosa que ya no nos sorprende.
Después de todo, conocer a los nominados en febrero de cada año, o nos enoja, nos intriga o nos hace sentido, según sea nuestra relación con el cine, como público, críticos o simplemente como metiches, salidos o pretenciosos conocedores.
Tomando solo la categoría de Mejor Película de este 2022, encontramos 10 películas, que sea por su trama, su actuación, elenco, dirección, guion, whatever, pero sobre todo por la cobertura de lo esperado para ganar simpatías, audiencias y marketing que revisaré de manera leve sin dejar por eso de tener el peso insoportable del ser, que en esta industria ya es más del hacer o del deber ser. Se presenta cada día una de éstas películas hasta antes del 27 de este mes, intentaré ser lo menos spoileador posible (creo que no lo logro) y presentarlas en el orden en que según yo podrían ganar esta categoría:
4.- DON'T LOOK UP de Adam McKay y Kevin Messick.
La amas o la odias, además de ser la cinta más vista en streaming, pues pocos meses después de que Paramount anunciara su producción y distribución, Netflix la adquirió para su plataforma, es una película controversial que cuenta con grandes defensores, así como severa crítica de diversos públicos, desde comunes y corrientes hasta especializados, sobre todo pro ambientalistas o pro tecnología.
Y es que, por su trama de fatalidad apocalíptica planetaria, se ha dado en comparar o hacer alusión a los efectos del cambio climático por el calentamiento global de nuestra Tierra, en la que los humanos somos expertos; así como recordarnos la forma en que se ha llevado el manejo de la pandemia de Covid 19 desde 2020, que se acerca más a un media event, un juego político, económico y mediático de “circo, maroma y teatro” que a una emergencia médica mundial, solidaria, humana y sensible, pandemia que ya hasta se nos olvidó, pues ya hasta en guerra estamos.
Quizá ese sea el mejor logro de este film, bi-polarizar a las masas como ocurre ya en la realidad: pro vaxers anti vaxers, pro tecnos anti tecnologías, pro Rusia y pro Ucrania, y una larga lista de dicotomías muy comunes en twitter, y de manera particular en nuestro México, de fifís y chairos.
Cuando la protagonista, Kate (Jennifer Lawrence) descubre un cometa que en 6 meses impactará la Tierra y acabará con la raza humana, a lado del doctor Randall Myndy (DiCaprio) intentan persuadir primero a la Casa Blanca y luego a los Mass Media junto con la opinión pública, sobre el terrible futuro que nos amenaza.
Lejos de crear conciencia o al menos miedo, lo político intenta sacar provecho de los polvos que despide el cometa y comercializarlo, los medios subir su rating y hacer un gran show, mientras que la opinión pública se vuelve la frívola y superficial realidad que hoy vemos en cualquier red social digital.
Por otro lado, muchas críticas feministas han acusado a la película de sexista y misógina porque la que descubre el meteorito que dañará la tierra es una científico mujer y no un hombre y de ahí que no se le tome en serio y requiere del soporte de DiCaprio para ser tomada en cuenta y llegar a los medios más prestigiosos y a la misma Casa Blanca. Además, que son las mismas mujeres (Presidenta y Presentadora, Streep y Blanchet) las que más la discriminan y ningunean en la trama. Pero no se ahondará en esta cuestión de género al analizar esta película.
“No mires arriba” como se ha llamado en español, tiene un elenco súper estelar, aparte de los protagonistas, encontramos a Meryl Streep, Kate Blanchet, Timothee Chalamet y hasta una Ariana Grande, sin embargo, ésta pretendida sátira social no termina de ser lo suficientemente divertida o cómica para ser parodia ni tan sombría para llegar al esperpento. Y el humor gringo no ayuda en nada a su tono y tratamiento.
Nos puede caer mal la estupidez de la presidenta de Estados Unidos (Streep) o la frivolidad sensual de la presentadora de noticias que encarna Blanchet que no tarda en encamarse con DiCaprio, pero sigue faltando algo.
No es tan divertido como indigno. ¿O será que lo que te choca te checa? Ese creo es el fallo de este film. Para bajarnos la culpa, el miedo, y nuestra estupidez nos gusta y necesitamos reírnos más de lo que lo logra éste intento de sátira de ciencia ficción. Después de todo para tragarnos la tragedia debemos reírnos hasta el desquicie con la comedia.
Y se queda en un impase controversial duro de entender, pues no te ríes lo suficiente como para olvidarte que estás frente a la gran tragedia de la humanidad: su imbecilismo y dictadura de la estupidez, por primar lo económico, lo político y sobre todo mediático (a la levedad del ser).
Adam Mckay, (Director) se queda “a medio palo” con y sin albur, a menos de provocar suficientemente risa (esperado en una sátira o comedia farsica) y es más lo que nos indigna que lo que nos divierte, y más que liberarnos, nos abruma sin llegar a resignarnos.
Además, con lugares comunes de una farsa superficial, aunque tiene algunos excelentes momentos como el toro de Wall Street volando en el espacio y todos fornicando en una terraza ante el inminente fin del mundo, o cuando la presidenta huye de la Tierra en su nave espacial y ya estando a salvo, se percata que se le olvidó su hijo en nuestro destruido planeta.
Así, a media película de manera brusca, forzada y desesperada te saca de lo aparentemente divertido para ponerte a pensar en serio sobre el fin de la humanidad, aunque ya es muy tarde.
No hay duda que por su tema tan actual podría dar la sorpresa en llevarse la presea, no sería la primera vez que una sátira se lleve el Oscar, en 2019 ya lo hizo la surcoreana “Parasite”.
Link tráiler de película
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