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LOBOTOMIA Y FICCIÓN

12 de noviembre de 1935 llega la lobotomía moderna.


Se lleva a cabo la primera intervención clínica moderna en los lóbulos frontales para tratar desórdenes mentales. En 1928, el Dr. John Fulton hizo una lobotomía en dos chimpancés con problemas de estrés y demencia, los cuales sobrevivieron a la intervención, dejándolos más calmados y dóciles.


Las primeras tentativas de esta práctica en seres humanos ocurrieron a partir de 1935, siendo la primera un día como hoy, hace 87 años, cuando el neurólogo Egas Moniz se unió con el cirujano Almeidas Lima en la Universidad de Lisboa para realizar una serie de leucotomías.


Moniz y Lima afirmaron tener buenos resultados, especialmente en el tratamiento de la depresión, aunque cerca del 6 % de los pacientes no sobrevivieron a la operación y con frecuencia se registraban cambios adversos en la personalidad y el funcionamiento social de los individuos. A pesar de los riesgos, el procedimiento se tomó con cierto entusiasmo, especialmente en los Estados Unidos, como tratamiento para las condiciones mentales previamente incurables. Moniz recibió un Premio Nobel en 1949.


No se sabe el nombre del primer paciente, sólo que fueron 20 pacientes con los que se experimentó en la Universidad de Lisboa. Los criterios iniciales para el tratamiento fueron estrictos, solo algunas condiciones de auto-tortura, la ansiedad crónica severa, la depresión con el riesgo de suicidio y el desorden obsesivo-compulsivo, fueron los síntomas principales tratados.


El procedimiento fue popularizado en los Estados Unidos por Walter Freeman, quien ni siquiera era cirujano y quien también inventó el procedimiento de la lobotomía del "picahielo". Freeman utilizaba literalmente un picahielo y un mazo de caucho y en un acto espantoso, Freeman martillaba con el picahielo el cráneo apenas sobre el conducto lacrimal y lo movía hasta cortar las conexiones entre el lóbulo frontal y el resto del cerebro.


Entre 1936 y la década de 1950, se realizaron lobotomías a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Tal era la dedicación de Freeman que comenzó a viajar alrededor de la nación en su propia furgoneta, a la que según rumores sin fundamento llamaba “el lobotomóvil”, demostrando el procedimiento en muchos centros médicos e incluso realizando lobotomías en cuartos de hotel. Sé que esto suena a invento mío, pero recuerden que la realidad supera la ficción.


La tarea de Freeman condujo a popularizar la lobotomía como curación general para todas las enfermedades psicológicas conocidas.


El uso de este recurso, como parte de experimentos y terapias en hospitales psiquiátricos para curar la psique humana fue controversial e inquietante desde sus inicios hasta pasados los 50s. Ha sido un tema parte de la literatura norteamericana y ha estado presente en algunas ficciones de cine, televisión y ahora en las plataformas de streaming.


Tal es el caso de “Ratched” (2020) en Netflix, y la obra homónima de Tennessee Williams en cine en 1959, “Suddenly, Last Summer” (“De repente en verano” en México).


En “Ratched” vemos a una Sarah Paulson interpretando a Mildred Ratched, una enfermera que llega a California a fines de los 40s, “a ayuda al doctor Hannover” (Jon Jon Briones) a su hospital psiquiátrico; y entre los tantos procedimientos inquietantes y arriesgados que practican está el experimentar lobotomías a sus pacientes, (incluida una paciente tratada por homosexualidad); hasta que ella misma practica una con un picahielos al único testigo vivo de los asesinatos de su hermano Edmund, a quien encubre.


No sabemos si el personaje del médico Richard Hannover está inspirado en el famoso doctor Freeman, pero es demasiada casualidad que Mildred Ratched le practique la lobotomía a ese “paciente” en un hotel.


Lo que sí se sabe es que “Ratched” es un drama de terror psicológico, basada en la novela de 1962 One Flew Over the Cuckoo's Nest de Ken Kesey y que se hizo película en 1975 con el gran Jack Nicholson y que en México conocimos como “Atrapado sin salida” pero que literalmente era “Alguien voló sobre el nido del Cuco”. Esa maldita manía de cambiar el nombre original para tropicalizar y cumplirle a Gobernación su capricho. Que mal se oye "Cuando los hermanos se encuentran" en vez de "Rain Man", y casi cuentan la historia. De milagro a "Bambi" no le pusieron "Un venadito que le va de la chingada".


McMurphy (Nicholson) un criminal múltiple ingresa a un hospital psiquiátrico después de cumplir una breve estadía en una especie de granja carcelaria, aunque no está mentalmente enfermo. Al llegar al hospital, su pabellón es dirigido por la temible enfermera Ratched.


Después de varias peripecias y desordenes cometidos y varios intentos por escaparse McMurphy desaparece. Se dice que logró escaparse, en realidad ha sido lobotomizado, un compañero del hospital se da cuenta y sabiendo que no podría vivir así, asfixia a su amigo con una almohada.


En la serie de Netflix, en una misión oculta, Mildred se presenta a sí misma como la imagen perfecta de lo que debería ser una enfermera dedicada, y comienza a infiltrarse en el sistema de atención de salud mental y en los que están dentro de él, el elegante exterior de Mildred oculta una creciente oscuridad que lleva mucho tiempo ardiendo por dentro, revelando que los verdaderos monstruos se hacen, no nacen.


Mildred con tal de salvar a su hermano, otro criminal reincidente, aparentemente enfermo mental, realiza una serie de calamidades y desquicios tras ir revelando el secreto oculto de su infancia y el madness actual de su hermano.


¿Será qué acaso la lobotomía era el mejor recurso para curar a su hermano enfermo? ¿Y si éste solo se está haciendo “el loco” para evitar ir a la cárcel y pagar una condena merecida en la silla eléctrica?


Por su parte en “Suddenly, Last Summer” vemos a una Katharine Hepburn (Vioilet Venable), pedir a Montgomery Clift (Dr. Cukrowicz) con argucias muy ingeniosas y hasta suplicantes, realizar una lobotomía a su sobrina Catherine Holly (Elizabeth Taylor) a quien ya ha recluido en un hospital psiquiátrico de una Nueva Orleans de 1937.


Este es el castigo que merece ya que, por su culpa, la adinerada viuda ha perdido a su adorado hijo Sebastian, cuando éste estaba en compañía de Catherine en el “Último Verano”. O tal vez sea el único modo de silenciar el “nefando pecado” de su único hijo, homosexual, quien utilizaba como carnada (para atraer chicos) a su querida prima.


Aquí podríamos ver el alter ego del autor dramaturgo Tennessee Williams y la represión o necesidad de exorcizar su propia homosexualidad, su alcoholismo y perturbaciones mentales. En la serie de Netflix una paciente es lobotomizada justo para curar su lesbianismo. Situación espejo, dado que la actriz Sarah Paulson también es gay y en la trama de la serie vive también una historia lésbica.


El hospital en el que trabaja el doctor neurocirujano Cukrowicz, tiene como especialidad la lobotomía, recibe una cuantiosa oferta de Venable para realizar esa operación en Catherine. Esta oferta es aplaudida tanto por el doctor Hockstader, que sabe que necesita dinero para mantener el hospital, como por la codiciosa madre de Catherine, Grace Holly.


El doctor Cukrowicz, al consultar a Catherine, se da cuenta que no es necesaria la lobotomía, e intenta ayudar a Catherine para que expulse sus miedos. Cukrowicz descubre que el primo de Catherine, Sebastian, murió devorado por unos jóvenes caníbales y que por eso ella tiene esos arranques de locura y a eso se debe su inestabilidad emocional.


Catherine además deja intuir las inclinaciones homosexuales de Sebastian. Violet Venable, que defiende que su hijo murió de un ataque al corazón e insiste en su intachable castidad, desea que se efectúe la lobotomía para ocultar la verdad.


Con la invención de la cloropromazina, en la década de 1950, un antipsicótico clásico, la lobotomia fue más criticada bajo el argumento de ser un tipo de tortura que destruye la conciencia. El procedimiento del Dr. Freeman bajó de su estrado de popularidad y finalmente perdió la licencia cuando uno de sus pacientes murió por esta causa.


Hoy es una aberración hablar de lobotomía en la consecución de la salud mental, cada vez hay mejores medicamentos psiquiátricos y más efectivos. Se dice que la lobotomía era muy mala medicina, mala ciencia, pues era claro que nunca se hizo un seguimiento apropiado a los pacientes.


"Si uno veía al paciente después de la operación, parecía que estaba bien: hablaba, caminaba y le decía 'gracias' al doctor"


"El hecho de que los habían arruinado totalmente como seres humanos sociables probablemente no importaba".


Aunque habría muchos candidatos a los que hoy les vendría muy bien una lobotomía ¿No creen?


LINK DE TRAILER SUDDENLY SUMMER (1959)


LINK TRAILER RATCHED (2020)



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