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Foto del escritorjuaninchausteguic

MÉXICO SIEMPRE REPRUEBA EN CORRUPCIÓN.

DICIEMBRE 9 DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA CORRUPCIÓN.


Cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban 2,6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interior bruto mundial.


Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se calcula que en los países en desarrollo se pierde, debido a la corrupción, una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.


La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social en todas las sociedades. Ningún país, región o comunidad es inmune.


Desde el 2003 se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Corrupción, conmemoración iniciada por la Organización de las Naciones Unidas con el objetivo de frenar y eliminar en todos los países miembros los actos de corrupción por parte de aquellos hombres y mujeres que se aprovechan de un cargo de poder para enriquecerse a cargo de los demás.


En la edición 2021 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, México mantuvo una calificación de 31 puntos (en una escala de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible). La misma que en 2020.


Con esa calificación, México se ubica en la posición 124 de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional.


México sigue siendo el país peor evaluado de los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE. En el G20, México ocupa la posición 18 de 19 países evaluados.


En 2019 México obtuvo 29 de 100 puntos, pero mejoró con relación a 2018.

La calificación obtenida por México en 2019 lo colocó en el lugar 130 de los 180 países evaluados, y como la nación peor calificada (36 de 36) entre los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La 4T además de nefasta es corrupta.


A la cabeza de este índice están Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda con 88 puntos, en contraste, Somalia y Siria obtienen 13 puntos y Sudan del Sur 11 puntos. Países ricos como Estados Unidos, Australia y Canadá, han bajado su índice IPC dejando de estar en los primeros 25.


Desde que el hombre es hombre, hallamos ejemplos muy sonados en todas las civilizaciones sobre la corrupción. La tentación es grande y se hace difícil resistirse al impulso de buscar un beneficio individual a costa de las normas de convivencia.


En la mitología griega Ápate era una divinidad que personificaba el engaño, el dolor o fraude. Fue, junto a su correspondiente masculino Dolos (que personificaba los ardides y las malas artes), uno de los espíritus que salieron de la caja de Pandora. Ambos eran hijos de Érebo y de Nix, o de Nix por ella misma, y solían estar acompañados por los pseudologos (las mentiras). Para variar se personifica la corrupción en una mujer.


La astuta Ápate habitaba en las colinas cercanas a la ciudad de Amnisos, pues tenía predilección por los cretenses, famosos embaucadores. Le gustaba especialmente estar cerca de la tumba falsa de Zeus que había allí.


Del cinturón de Ápate colgaban todos los trucos y artimañas que usaba la humanidad, sus perjurios, artificios y embaucamientos. Cincho que seguramente trae bien amarrado la clase política mexicana sin importar partido político.


Un día, Hera le pide a Ápate su cinturón para “disuadir” a su esposo Zeus para que dejara de tener amantes mortales y mantenerlo en su lecho conyugal; en realidad lo usa para incitar a Sémele (madre de Dionisos) a que le pida a Zeus (su amante) se le presente con su majestuosidad del dios del rayo, lo que da la muerte a Sémele; y de paso Hera, usa el cinturón para hacer volver a Ares de su destierro al Olimpo.


Dentro de los Olímpicos, Hermes, Mercurio en la versión latina, era el dios mensajero, y arquetípicamente representa al embaucador, al tramposo, al sociópata, gran comunicador de ideas y amigable (suena a perfil de político). En su primer día en la Tierra, Hermes ya robó ganado a su hermano Apolo ocultando sus huellas y dejando pistas falsas, tenía la habilidad de cambiar de forma y de aspecto y era adorado por los ladrones y estafadores de la Grecia Antigua.


En la Biblia, Judas Iscariote aparece como un destacado corrupto tras vender a su maestro por treinta monedas de plata. Dante Alighieri en su Divina Comedia ahí sitúa al arquetipo de la traición, de manera precisa en el círculo 8 del infierno, donde pagan su pecado los condenados por fraude, corrupción y traición. En este círculo 8 recinto 5 están los políticos corruptos, inmersos en brea hirviente, que representa los dedos sucios y oscuros secretos de sus tratos corruptos. Se dice que en el infierno hay un circulo especial para los políticos mexicanos.


Nicolás de Maquiavelo consideraba que el gobernante debe hacer aquello que proceda, aunque no sea lo correcto. El sacrificio de algunos por las mayorías, el remedio que termina siendo peor que la enfermedad.


Ya decía Luis XIV, el rey Sol, que "no hay gobernador que no cometa una injusticia". En México podemos citar a Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, al mismo Benemérito de las Américas, y muchos otros tantos caudillos y líderes del devenir histórico de PRN a PRI hasta los nuevos líderes y gobernantes de nuevos partidos que de algún modo han salido de ahí.


El papa Francisco dijo en 2013 que "el hábito de los sobornos se convierte en una adicción" y alertaba contra el atractivo de la diosa de la corrupción.


¿Pareciera que la corrupción forma parte de nuestra vida humana per se? ¿Es parte de la cultura como decía el ex presidente Peña? ¿Es parte de nuestra imperfección y nuestro estado inacabado en términos Camusianos?.


Después de todo, dicen que todos tenemos un precio. Ya sea en dinero, en favores y en algunos casos, como dice el dicho “en arca abierta, el justo peca”, muchos se aprovechan de trágicas circunstancias de salud; desastres naturales; elecciones; eventos culturales; turísticos; permisos para construcción; y hasta partidos de fútbol, olimpiadas, y un largo etcétera en el que México es experto. Finalmente, se acaba cayendo en una trampa de la que no se puede salir.


Conozco varios ilusos que de empresarios se pasaron a políticos y juraron ser diferentes, hoy están hasta la coronilla de shit como todos los gobernantes de cualquier nivel. Y bueno muchos ya de por si como empresarios tenían cero transparencia.


Nuestra sociedad acepta estas conductas y prácticas como algo corriente, que no se puede evitar, repudiándose cuando de plano se “pasan de lanza”. Y pensar que todo eso se acabaría si simplemente se cumpliera la Constitución, no nos hace falta crear más leyes sino cumplir las que ya existen.


Sin duda la esperanza son las nuevas generaciones a través de la educación en la intolerancia a estas prácticas.


¿Pero, qué tanto estamos educando diferente a nuestros hijos? ¿En realidad los Centennials y generaciones que sigan habrán librado la corrupción? ¿No estamos siendo un poco los de siempre con respecto a los que heredarán el país y al mundo?


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