El 9 de agosto de 1988, hace 35 años, muere Ron Damón, (cómo le decía el disléxico Chavo del ocho, al personaje que más fama le diera a Ramón Valdés, Don Ramón) invadido por el cáncer de estómago, posiblemente producido por su tabaquismo.
Ramón Esteban Gómez Valdés y Castillo nació en la Ciudad de México el 2 de septiembre de 1923 y emigró a Ciudad Juárez con su familia cuando aún tenía dos años de edad. Era llamado por su propia familia, “Monchito” que al igual que sus hermanos, tenía sobrenombre y quienes desde jóvenes inician su vida artística en la frontera norte: Germán (Tin Tan), Manuel (El loco) y Antonio (Ratón).
Se dice que la frase famosa de su personaje en la serie producida por Enrique Segoviano desde los primeros 70s: “Compermisito dijo Monchito” fue invención del propio “Don Ramón” Valdés, y la usaba para escabullirse de cualquier situación comprometedora, sobre todo, para evitar pagar la renta al Señor Barriga (Edgar Vivar) o escaparse de alguna bofetada de la “vieja chancluda”, Doña Florinda (Florinda Meza) como el mismo Ron Damón le decía.
Ramón Valdés debutó como actor a los 25 años en “Calabacitas tiernas” (1949) a lado de su hermano Germán Valdés “Tin Tan”, Rosita Quintana y Amalia Aguilar, entre otros.
En el link inferior se muestra una escena de dicha peli, donde vemos a “Don Ramoncito” (dijera la Bruja del 71) bailando mambo con La Quintana en lo que llega Tin Tan y se les une. Su actitud al final de dicha escena, muestra mucho de la relación profesional de estos dos hermanos Valdés, donde Ronda (Ron Damón) se mantiene como segundón y a la sombra del gran cómico Tin Tan qué rivalizara y mucho con otro divo de la comedia, Mario Moreno “Cantinflas”.
Participó como extra y en papales secundarios en más de 100 films a lo largo de sus 65 años. Entre las más destacadas se encuentran “El rey del Barrio” (1949); El Revoltoso, de detective (1951); “Dios los cría” (1953); “Escuela de Vagabundos”, de taxista (1955); “El inocente” de mecánico (1956); “El fantasma de la opereta” de policía (1960): “EL señor doctor”, paciente con vendaje (1965), “El chanfle” (1978) entre muchísimas más.
En 1968 conoció a Roberto Gómez Bolaños, y trabajó en “Los supergenios de la mesa cuadrada”, “Chespirito” (1970) y El Chapulín Colorado (1973) con varios papeles. Fue en “El Chavo del 8” (1971) donde brincaría a la fama internacional. En 1979 deja “El Chavo del 8” y regresa brevemente en 1981. En 1982 protagonizó junto a Carlos Villagrán en el programa venezolano “Federrico” y en 1987 en “¡Ah qué Kiko!” producido por Imevisión hoy TV Azteca, ambos programas con muy poco éxito.
Su icónico personaje tenía mucho de él. No solo por lo malhumorado y cascarrabias, aunque noble, humilde y de gran corazón, sino también, por su sencillez, de manera particular su vestimenta. Así como salía en la vecindad así vestía, camiseta y jeans, salvo el tradicional sombrerito que patrocinaba la producción.
Con tres matrimonios y 10 hijos, Ramón Valdés tuvo épocas muy difíciles. Debía trabajar en otros oficios (al igual que Don Ramón) para mantener a su familia: en distintas épocas fue comerciante, fabricó muebles de madera y se desempeñó como chofer, entre otras ocupaciones. Seguramente no tenía tampoco para pagar la renta y emprendía negocios que no resultaban nadan rentables ni muy productivos, lo mismo que su personaje en la serie de Chespirito, que iban desde zapatero a globero, alguna vez también la hizo de carpintero en la vecindad, y hasta boxeador, según le platicaba sus viejas glorias al Señor Barriga e incluso fue a la escuela con los niños del barrio con el Profesor Jirafales (Rubén Aguirre.)
Pero eso no le impidió renunciar al programa del Chavo en pleno éxito, sacrificando mucho dinero y pasando penurias, lo obligó su dignidad. Se dice que la odiosa “Doña Florinda” quien no lo podía ver ni en pintura en la vecindad, mucho tuvo que ver en su salida. Al pasar a ser directora artística del programa, Florinda Meza le hizo la vida imposible a todo el elenco y Ramón terminó por irse. Don Ramón quería tratar directamente con Roberto Gómez no con su pareja. Y a pesar de padecer penurias económicas dejó el programa. Para que luego no digan que no es cierto eso de que la realidad supera a la ficción.
Mucho del personaje de don Ramón era de su inspiración más que de autoría de Chespirito, después de todo alguna vez éste le dijo al dirigirlo “se tú mismo”. Eso hizo “Ron Damón” y así surgieron sus más célebres e inconfundibles frases: “Tengo unas ganas de trabajar. Pero me las aguanto”; “Pobre, pero feliz”; “Ningún trabajo es malo… lo malo es tener que trabajar”; “Si serás, si serás”; “¡Ay mi corazón!”; “¿Acaso tengo cara... de que me importe?”; “Y No te doy otra nomás porque…”; “Yo le voy al Necaxa”; “qué pasó que pasó vamos ay”; “Me iba a levantar a trabajar, pero…me acordé que es domingo”.; “Chanfle”; “Puede ser que no tenga ni un peso en mi bolso, pero tengo una sonrisa en el rostro y eso vale más que todo el dinero del mundo”.
Cuenta la leyenda (o radiopasillo) que don Ramón era el único a quien Don Emilio “El Tigre” Azcárraga dejaba fumar en los foros de Televisa, ya que estaba terminantemente prohibido, de quien era amigo. Justo el tabaco fue quien le diera sepultura a nuestro querido Don Ramón, que incluso en su cama de hospital siguió fumando ya muy avanzado y ramificado su cáncer un día como hoy hace 35 años.
Irónicamente, en su último programa grabado, Don Ramón hace una última escena, donde se pierde entre la bruma al visitar un panteón, pues había hecho una apuesta con Kiko, sobre quien era más miedoso, y se queda de ver con Kiko en el panteón, en el programa “A ke Kiko” en 1988. Lo vemos en el minuto 3:00 entrar al panteón y desvanecerse en la bruma en una especie de premonición o alegoría según se vea.
En este link en el minuto 3:25 lo vemos bailando con Rosita Quintana en “Calabacitas Tiernas” (1949) junto a su hermano Germán, Tin Tan.
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