Todo comenzó el lunes 22 julio de 1968, (hace 55 años) con un tochito de futbol americano en la Ciudadela, que acabó en “madriza” después de que los ánimos se pusieran al rojo vivo; y que de los roces llegaron los golpes.
En la riña participaron miembros de las pandillas de Los Ardillos (otros dicen Araños) y Los Ciudadelos, algunos de los cuales eran alumnos de las vocacionales 2 y 5 del Politécnico y jóvenes de la prepa, Isaac Ochoterena, escuela privada incorporada a la UNAM.
A las 10 de la mañana y quince minutos de ese 22 de julio del 68, en las calles de Lucerna y Versalles en el centro de la Ciudad de México, inició el ataque de estudiantes de las vocacionales 2 y 5 en contra de los chavos de la Ochoterena. El resultado de la batalla campal fue de una docena de golpeados y daños por siete mil doscientos pesos.
Al día siguiente (23 de julio), vino la revancha, cuando los chavos de la prepa (UNAM) atacaron a alumnos de la vocacional (Politécnico) en las inmediaciones de la Plaza de la Ciudadela, en respuesta a la pelea del día anterior.
Cuando los jóvenes estudiantes terminaban su pelea escolar y regresaban a sus planteles fueron provocados por un grupo de granaderos, que los cercaron y los golpearon. Los alumnos les lanzaron palos y piedras. Perseguidos por la policía, corrieron a refugiarse a las vocacionales ubicadas en las calles Tres Guerras y Tolsá.
Acto seguido, un grupo de aproximadamente 200 granaderos del batallón número 19 de la policía del DF irrumpió violentamente en la vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ubicada cerca de la Ciudadela, disparó gases lacrimógenos y golpeó a estudiantes y profesores.
Este acontecimiento es señalado como el inicio del Movimiento Estudiantil de 1968, que el 2 de octubre en la Plaza de la tres Culturas de Tlatelolco hizo crisis con la matanza de decenas de muertos y cientos de heridos.
Del origen exacto de esta pelea, los especialistas señalan distintas versiones: 1) la pelea en la plaza de la Ciudadela en el marco de un juego de futbol; 2) el piropo que un preparatoriano le echó a una joven novia de un alumno de la Vocacional 5; 3) un conflicto amoroso entre una estudiante y dos alumnos de las distintas instituciones educativas y 4) la intervención de pandilleros como Los Ardillos y Los Ciudadelos, que asolaban a los estudiantes de uno y otro bando.
En los 60s, México estaba en el umbral de la prosperidad económica. Díaz Ordaz ejercía el poder en medio de una atmósfera crítica y juvenil que escandalizaba no solo a los papás de esa generación, sino representantes de varios gobiernos en el mundo.
El gobierno de Adolfo López Mateos, que precedió al de Díaz Ordaz, había enfrentado movilizaciones y protestas del gremio magisterial y ferrocarrilero. Con Díaz Ordaz en el poder, no había sindicatos disidentes que confrontaran al gobierno; pero en el año de su ascenso a la presidencia (1964), el sector de médicos protestó por el mejoramiento de condiciones laborales y salarios más dignos. “La changa” como apodarían a ese sexenio al presidente, respondió con represión, una probadita de lo que vendría con los estudiantes en el 68.
Por su parte, en algunas instituciones de educación superior, había comenzado a darse diversos movimientos estudiantiles en los estados de Puebla (1964), Morelia (1966), Tabasco y Sonora (1967), mismos que fueron reprimidos por el régimen con intervención del ejército.
Después de esta pelea entre estudiantes y la represión por parte del Estado, los estudiantes de prepa y nivel superior apoyarían a todos estos movimientos del pasado, y darían inicio a una de las batallas cívicas más importantes en México durante el siglo XX; la lucha por la apertura política y la democratización de la vida pública del país, de la que aún en nuestros días vemos muchos de sus resultados.
Del modo que haya sido el origen de esta pelea entre estudiantes de aquel el verano del 68, que diera origen al Movimiento Estudiantil, este movimiento era un movimiento contra cultural blandido por las juventudes europeas occidentales y de los Estados Unidos; el del amor y paz; el rock and roll; la liberación sexual; las melenas varoniles y las minifaldas femeninas (entre otras cosas) que llegaría a México durante la misma década de los sesenta para ser apropiado, resignificado y reproducido por los jóvenes mexicanos.
A ellos les debemos lo que hoy somos en la vida política, social, cultural y otras áreas del pensamiento del país.
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México quería mostrar esa imagen de país moderno al mundo, pero si esa modernidad pasaba de lo superficial y atacaba al dogma postrevolucionario, "el chango" tendría que ejercer la represión para que no le arruinaran el negocio de las Olimpiadas.